miércoles, 6 de noviembre de 2013

Recuerdos.

Trozos frágiles como un delgado cristal.
Blandos como la seda.
Cálidos como un fuego que aviva el fluir de la sangre en un día gélido.

Se muestran espontáneos tan solo para arrancar una leve sonrisa imperceptible a simple vista,
y aún así, con tanta brevedad en su andar
 logran dejar un buen sabor de boca al final del día.

Por:
Mou Aragón.

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