Llegó inesperadamente una noche de tantas, llena de jugarretas y risas, nos miró y decidió pasar el resto de su vida con nosotros, y nosotros al verla pensamos lo mismo.
Largos años pasamos juntos, ella nos dio parte de su dulzura inigualable, de su paciencia y amor,y nosotros le respondimos de igual manera.
Luego de anécdotas incontables, luego de cuidarnos a su manera, ayer entró a su ultima morada, al lado de su fiel hermana; juntas... como lo estuvieron en vida.
Gracias Nalita.